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Desarrollo conceptual y análisis político

lunes, 27 de junio de 2011

El narco: *
¿Única construcción de lo nacional en México?

En política forma es fondo, Octavio.
La cura de un síntoma vale la cura de una enfermedad”

Me gustaría desarrollar aquí una idea: actualmente en México -y ante un déficit de política- la única manera de pensar lo nacional es el narcotráfico. Suena drástico pero ahora explicaré el porqué de la sentencia.

Recientemente he intentado estudiar la forma en que el “discurso de la seguridad” -como interpretación hegemónica del problema del narcotráfico en México-, configura  el espacio político mexicano. En este sentido, el “discurso de la seguridad” moldea el espacio político en tanto es capaz de: jerarquizar demandas, establecer agendas públicas, modificar principios de legitimidad y criterios de gobierno, desplazar debates y conflictos, así como sobrepoblar el espacio con las corporaciones de seguridad del Estado y su ejército.

En términos generales, se puede decir que el efecto que tiene el “discurso de la seguridad”, es despolitizante. Sustituye a la política con la policía (Foucault) y colabora a aplazar  el debate y el conflicto social que por décadas se ha ido acumulando en México.

Volviendo a la cuestión. Si bien “lo nacional”  remite a una territorialidad geográfica determinada, también implica un espacio político abstracto que es común a todos los agentes habilitados a participar ahí. De esta manera, una de las cuestiones fundamentales con “la nación” es que permite la traducción de demandas focalizadas y particulares a una arena en donde adquieren una importancia ya no local (para el espacio particular de donde surgen), sino global (para el conjunto de espacios articulados).

//Un ejemplo: La existencia de un espacio “nacional”, permite (al menos como posibilidad) que en un momento dado, las demandas de una comunidad marginada en Oaxaca ya no sean vistas como una situación particular y excepcional, sino como un “sistema o patrón recurrente” que resulta de la articulación global. Así, la marginación y pobreza de esta comunidad particular es equivalente a la de muchas otras, en Oaxaca mismo, pero también en Chiapas, Veracruz, etc.

La “nación” es entonces la presencia de la totalidad en la particularidad y viceversa.  Es una arena política, que permite que los conflictos locales se relacionen con algo mucho más amplio que los contiene, y que por lo tanto sean descubiertos como enraizados en un determinado status quo.  

En los años previos al arribo del “discurso de la seguridad”, México se encontraba en un paulatino proceso de "articulación" de demandas (Laclau). En distintos frentes -no todos convergentes-  se podía encontrar un trabajo político de recuperación de demandas locales que no estaban llegando a los centros de representación política. Se destacan para 2006, la campaña electoral de López Obrador y la Otra Campaña, promovida por el EZLN.   

Hoy sin embargo, lo único que relaciona al norte, sur y centro del país es el narco. Lo único que articula los espacios locales con la totalidad, es “el discurso de la seguridad” y el despliegue de las fuerzas del Estado.


Para aclarar esto podemos recurrir al concepto de “alcance” (reach), propuesto por Allen (2009). Este término, representa una medida de intensidad de la presencia del Estado en diferentes espacios sociales. Así, la pregunta sobre ¿qué tan lejos está tal o cual parte del Estado?, cambia a ¿Qué tan presente está el Estado en tal o cual lugar?, lo cual plantea la cuestión desde una matriz topológica.

Siguiendo estas consideraciones, no sería descabellado pensar que: hoy, el Estado en México tiene más presencia a lo largo del territorio nacional, por el despliegue táctico de sus fuerzas armadas y policía, que por el traslado de demandas particulares a la arena nacional o incluso que por la propia existencia de programas sociales.

Es el reverso siniestro de la discusión sobre el “Estado fallido”. La violencia que vive hoy México no es consecuencia de un Estado que falló, sino la forma específica que adquiere el Estado en México. A través del “discurso de la seguridad” el Estado ahora goza de presencia ahí donde antes no la tenía. Lejos de fracasar, le ha permitido  reafirmarse,  renovar legitimidad y reorganizar los debates públicos

Entre todo esto, la medicina se llama “volver a la política”; no la de los corruptos de siempre, sino aquella que permite articular demandas anónimas y particulares en la escena nacional. Es por ello que el movimiento de Javier Sicilia es un verdadero bálsamo en estos tiempos apocalípticos.

Adrián Velázquez Ramírez
27/jun/2011



"son todos narcos"